viernes, 1 de junio de 2007

64. La Penúltima Putada - III

(Comienza en la entrada 63)

El 'galán payaso' ha ido a quejarse a la Jefa de Estudios 'Micro Machine', y la buena mujer me llama para hablar con el chaval a solas, con ella delante. Empieza a explicarme que le extraña mucho que ese chico dé problemas ya que, una vez que se le deja tranquilo, aunque no haga nada durante toda la clase, no se mete con nadie. Vamos, que no tira botellas a la cabeza de nadie, ni hace concursos de gapos, ni nada. Es un divino niño.

Explico a la 'Micro Jefa' lo que ha pasado y me pide que me disculpe delante del alumno. El galán ha ido todo cabreado a quejarse de que le he llamado payaso. Una vez matizado que me refería a su comportamiento y que fue él quien me llamó payaso a mí (entre otras lindezas) fue él, le pido disculpas por el 'malentendido'. La 'Micro Jefa' sonríe, se ha quitado un marrón de encima y el niño está contento. Alumno 1 - Profe 0. Lo bueno es que no me van a marcar otro gol porque no estaré; lo malo, que yo tampoco meteré ningún gol. Ni ganas, galán.

Por fin consigo hablar con la Jefa y le explico mi situación. Me pide que termine la jornada de hoy como si estuviese trabajando porque si no, no me firmará la credencial. Esa misma credencial es la que tengo que llevar a la Consejería para hacer efectiva mi toma de posesión y mi posterior baja. Es un chantaje en toda regla. Todavía quedan unas horas para acabar la jornada: una hora de 'Actividades de Estudio', asignatura alternativa a la Religión en la que se trata de que los alumnos pasen la hora de la forma más civilizada posible ya sea jugando a las tres en raya, haciéndose peinados o, los menos, adelantando tareas de clase.

Una niña que se sienta delante no quiere hacer nada y se dedica a contarme un poco su vida. Cinco minutos y ya parecemos íntimos. Me hace partícipe, sin ningún tapujo, del drama de su vida: su madre y ella acaban de mudarse porque su padre intentó matar a su madre. Ahora él está en prisión, pero en unos meses saldrá. Sabe dónde viven, y lo más posible sea que vaya a por su madre. La niña, sin embargo, lo cuenta como si fuese una película. Yo tengo la piel de gallina todavía.

Otra niña empieza a hablarme a gritos, y le hago un gesto de que baje el volumen. Ella responde: "¡Perdona profe, es que estoy sorda y no me oigo!". Efectivamente, lleva en un oído un aparato para mejorar su audición. Su compañera, sin cortarse un pelo, le dice, también a grito pelao: "¡Desi, que no grites, que el profe no está sordo!". Le dijo la sartén al cazo.

Cuando falta cuarto de hora, empiezan a ponerse nerviosos y se levantan del sitio. Me saco de la 'profechistera' un juego de memoria para que participen todos y se pasen rápidamente los minutos que faltan. Cuando el primer alumno queda eliminado, se levanta una chica y le arrea una colleja que ni la mismísima Sole de "Siete Vidas". Y toda chula, le dice: "Galán, pero mira que eres lerdo". Todos se ríen, y el lerdo más alto que todos. Lo que yo diga, les va el sado.

El resto de la mañana transcurre con "normalidad": una chica tiene una razón de peso para no sacar el libro ('es que anoche me fui de concierto a ver al Melendi, profe'); otro se pone a estudiar fotocopias sobre el cuerpo humano para un examen de Educación Física (encuentra la palabra 'escroto' y se parte el pecho de la risa); otro empieza a dar golpes en la mesa y a cantar 'Aceituneros de Jaén', mítica canción de 'Jarcha' (los mismos del 'Libertad Sin Ira'); una niña abre la ventana para pegar un grito a una señora que va andando por la acera de enfrente ('es que he venido con ella en el autobús, profe')... como digo, "normalidad" absoluta.

No me imagino el sufrimiento que llevarán a cuestas los profesores de este sitio durante todo este año. Se dice que hay experiencias que curten al ser humano, pero si por mí fuese, preferiría otro tipo de experiencias. Yo al menos tengo la suerte de que no voy a volver por allí, pero ellos se quedan.

Voy de vuelta a Madrid. Mi hermana vino a buscarme en coche y ha flipado con los conejos y con el paisaje. Después de mucho tiempo, conduzco MI coche. ¡Cuánto te eché de menos, Golfo! Tantas ganas tenía de salir de allí, que ni siquiera al llegar a Madrid me di cuenta del tráfico. La penúltima putada casi había acabado. Sólo quedaba hacer el trámite burocrático: documento va, documento viene.

Mañana por la mañana habrá acabado todo. Mañana por la mañana vuelvo a mi Cádiz. El día de hoy me ha dejado exhausto. Mañana será otro día.

A la vuelta, nos leemos. Buen fin de semana.

2 comentarios:

•Mar• dijo...

Hola profe!
Pobre de usted de verdad!!! donde lo mandaroooon, eso deberia de ser trabajo insalubre!!
Me alegro q ya todo haya acabado y estes ya en tu Cadiz querido, q gentuza como esa, mejor tenerla lejos!!
Un beso gigante "galan"... si es q sos mas guapooooo !! XD

Guitarrero dijo...

¡Buenas, galana! Sí, ya estoy en mi Cádiz. Aquí también tienen sus burradas, ¡pero es que aquí es lo normal!

Ya ve usted cómo son las cosas. Para que luego digan que los profes viven como quieren.

Ya charlaremos, galana. Espero que estés bien y que el fin de semana te ayude a descansar.