miércoles, 26 de septiembre de 2007

87. Alguien escribió mi Historia

Eso pensé cuando lo vi.

Estaba encima de otros ejemplares idénticos, mirándome de frente. En su portada, una imagen en tonos sepia. Dos personas, hombre y mujer, mujer y hombre, caminando por una playa de la que parecen los únicos dueños.

Buscaba el último libro de esta autora, quería que su lectura me acompañase una vez volviese a bajar al sur. La vida puede estar tejida de momentos dulces entrelazados de penalidades. Estas últimas suelen venir solas; los momentos dulces pueden venir a través de la lectura o cualquier otro momento disfrutado de verdad.

Vi el título. Me llamó la atención. Leí la contraportada. Era, en parte, mi historia. Ya no busqué el libro que originariamente me había traido aquí; éste me cautivó. Un cambio de perspectiva, de enfoque, de aires.
De igual modo que en Harry Potter la varita escogía al mago, quizá este libro me haya escogido a mí. Uno tiene que estar atento a los mensajes subliminales que hay tras las pequeñas casualidades. A veces no sabemos aprender de otra forma. Se parece a lo que les ocurrió a los dos protagonistas en su paseo por la playa:

- ¿Te has fijado? -preguntó Sara, siguiéndole los pasos-. No andan hacia atrás, sino de lado.
Juan no tuvo que esforzarse mucho para comprobar que su interlocutora decía la verdad.
- ¡Es cierto! -admitió, alborozado como un niño pequeño-. ¡Qué increíble!
- ¿A que sí? -insistió ella-. La primera vez que lo vi me quedé pasmada. Toda la vida oyendo lo mismo, y ahora resultao que es mentira. Por eso me gustan. Porque no retroceden ante los obstáculos, sino que los rodean, que es una manera distinta de huir. Son astutos, pero no cobardes, ¿te das cuenta? He decidido que me caen muy bien los pobres cangrejos.
-Juan estaba de acuerdo-. Tanta mala fama, y tan injusta...



¿Los cangrejos huyen sin ser cobardes?
¿Rodear el obstáculo es siempre huir, o un cambio de perspectiva para atacar ese obstáculo?
[PD. "Los aires difíciles" - Almudena Grandes]

viernes, 21 de septiembre de 2007

86. Abre las Cortinas

Por si alguien no se había enterado, estamos a nada de cambiar de estación. Llega el otoño (a otros la primavera) y ya los síndromes post-vacacionales no tienen razón de ser. Las reminiscencias del verano empiezan a alejarse, y con cada día de nubes quedan un poco más lejos todavía aquellos días soleados. Nos metemos de lleno y sin remedio en el curso académico-profesional. Ahora sí que sí.

Para unir una más a mi colección de rarezas, diré que esta vez estaba dividido entre las ganas de disfrutar del verano y la expectación producida por los nuevos acontecimientos. ¿Las cosas irán bien? ¿Hasta cuándo, si hay una fecha? ¿Y después? ¿Me está ocurriendo a mí? ¿Es posible? Sí, tengo ganas de vivir esto. Quizá me lleve de nuevo al "Punto Cero", quizá tome caminos que antes no haya explorado. Quiero vivirlo.


¿Y tú? ¿Cómo andas de ganas? Abre las cortinas...

PD. Ánimo a las personas que comiencen de nuevo, con nuevos planes e ilusiones. Es un nuevo día.

martes, 18 de septiembre de 2007

85. Historias de Ratas - IV

La ratita presumida, capitana de todas las peque-rebeliones, enredadora en la sombra, ha establecido un nuevo récord. No había pasado ni una semana desde que comenzó la "guarde" y ya había currado a uno de los niños. Su madre tardó unos cuantos días más en su etapa del "cole", así que la niña tiene a quién parecerse.

Ya le hemos dicho que en ese niño va a tener un fan incondicional para todo el curso, y de hecho algo de eso está ocurriendo. El chaval parece que la sigue como un corderito. Sin embargo, ella sale disparada nada más oír su nombre:
- Ire, ¿qué tal con Dani? ¿Le pediste per... pero dónde vas?

A su madre, en sus tiempos, le ocurrió algo parecido. El niño en cuestión, con un par de lo que hay que tener, subió al estrado de la clase en un intermedio y dijo al aire:
- ¡Laura es mi novia!

Recuerdo bastante bien la cara de ese chico, antes y después del tremendo bofetón.
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La rata mafiosa, cuando habla como en los culebrones, está la mar de graciosa. El otro día su madre y yo hablábamos por teléfono. Ella llega corriendo y quiere saludarme, aunque respira rápido, sin aliento. Le pregunto qué tal está, qué tal en la guarde, y su respuesta...
- ¡Me duele el corazón!

¿Por qué lo llaman corazón cuando quieren decir flato? Su madre me contaba que lo dijo con la mano en el pecho y con una cara de compungida digna de ver.
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No entiendo la vena masoquista que a veces tenemos cuando niños. Quizá sea por llamar la atención por encima del otro hermano que nuestros males son mayores que los suyos. Algo de esto ocurrió la vez que la ratita acompañó a su madre y al ratón colorao para vacunar al último.

La ratita estuvo gran parte del día quejándose de que le dolía el brazo "desde aquíii (hombro) hasta aquíii (muñeca)". Como suele ocurrir, el dolor desapareció milagrosamente en cuanto vio lo que hacían al ratón colorao. Mi hermana, canalla ella cuando quiere, le dijo:
- ¿Quieres que te den la medicina para que no te duela el brazo?
- Ay, mamá... ¡si a mí no me duele nada, ves!


Es gracioso cómo, viéndolos, a veces nos recuerdan a nosotros mismos en situaciones que todavía hoy nos hacen sonrojar.

lunes, 17 de septiembre de 2007

84. The "Winnis"

La Marchiana (Zankius, maja!) no se ha atrevido a hacerme cariñitos y los ha cambiado por un premio para el blog. Dice que el becario al que pago para escribir es inteligente, interesante, nada prepotente, sensible, con sentido del humor y, sobre todo, está cañón.

(Bueno, dijo que el pobre es impredecible, pero mejor subirle la autoestima a subirle el sueldo)

He aquí el premio:




Antes de retirar el dinero en metálico del premio y marcharse de "vacaciones", el becario me ha dejado un listado de personas a las que conviene leer. Para ell@s también el "Thinky Winky Award":

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Aunkeleduela a celtaj: para los que no se conforman con ver la vida desde la orilla, para los que prefieren bucear y descubrir, equivocarse pero vivir.

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Ana, la eterna ilusa: para los que se hayan olvidado de cómo vivir con ilusión, esperanza y alegría. También para bailarines de danzas cada vez más raras.

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Las Pepitas de Illyakin: le ocurre de todo, y entre peripecia y peripecia piensas y ríes... no siempre por este orden. Además, se rodea de gente interesante (los comentarios también tienen su miga). Si os sobra tiempo, echad un vistazo a "El Delfín"

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La Diva Bichóloga: porque se ha ido de vacaciones y me apetece dejarle tarea a la vuelta. ¡Muchos bechos!

El becario dejó una postdata: "Por si alguien tiene a bien otorgarme asimismo el Premio a la Solidaridad, añado otros tres blogs interesantes a los que dar un ciberempujón":

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Las cosas de Liber: para amigos de los animales, y para que actualice más a menudo...

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El Sueño de Tisbe: está empezando con el blog, intuyo que hay cosas muy interesantes por leer en adelante.

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Fractales de EME: si interesantes son sus comentarios, interesante se presenta la ciberandanza que acaba de comenzar.

El becario se despide con un "Hasta la vista... o no". Yo dejo besos, abrazos "uloquesea". Ambos hubiésemos querido premiar a más blogs, pero eso lo dejamos para la próxima... o no.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

83. Teoría de la Tara

Meta-conversando con una buena amiga (hola, oráculo) sobre la vida en general y las relaciones de pareja en particular, ambos convenimos en unas cuantas ideas. Estas ideas puestas en contexto forman la "Teoría de la Tara".

Esta teoría consiste, básicamente, en que, a medida que nos relacionamos con las personas
-ya sea en lo emocional, profesional y demás "al"- nuestra personalidad se va modificando, y con ella nuestra conducta. Con estas personas podemos tener experiencias positivas o negativas. Las experiencias "neutras", las personas que no aportaron nada a nuestra vida quedan fuera de la teoría porque no modifican nuestra personalidad.

Al menos en mi caso, las experiencias positivas me produjeron alegría, bienestar, paz, pero por sí mismas no me hacen crecer increíblemente. Pueden reforzar aspectos de mi persona, al menos hasta el siguiente zarpazo. ¿Por qué será que cuando nos pasa algo bueno no pensamos tanto en su implicación sobre nuestra vida como cuando nos pasa algo malo? ¿Por qué las experiencias negativas parecen tener más fuerza a la hora de modelarnos o hacernos pensar?

Las experiencias negativas son el 'leitmotiv' de la Teoría. Puestos a elegir, a nadie le gustaría vivir toda la vida en el "lado oscuro". Intentamos salir adelante, superar el trago como mejor podamos. Una vez conseguido esto, nuestra personalidad puede reforzarse en varios campos
-autoestima, fuerza de voluntad, confianza, etc-, pero en el camino habremos sufrido cortes, raspados, quemazones que dejan marca en nuestro yo. En otras palabras, taras.

Las taras están ahí tanto si hemos aprendido de los errores como si no, tanto si hemos superado la experiencia adversa como si no. Por alguna razón, lo negativo es difícil de olvidar. Supongo que es porque a nadie le gusta sufrir y es preferible recordar aquello que duele para no volver a pasar por lo mismo.

La 'Teoría de la Tara' es sobre todo aplicable a las relaciones sentimentales. Una mala experiencia vivida con alguien hace que prestemos atención a no dar con alguien que pudiese acrecentar esa tara, la marca que dejó esa fatal experiencia. Las taras, posiblemente, limitan nuestro grado de apertura, de confianza, de donación a la otra persona, al menos al principio. Según los casos, en cuanto el "compañero" muestra signos de llevarnos hacia el mismo error, se utiliza el freno de mano o, en situaciones desesperadas, la salida de emergencia.

¿Por qué de lo malo sacamos más enseñanza que de lo bueno?
¿Sabemos disfrutar de verdad de los buenos momentos, aunque sean momentáneos?
¿Por qué, llegado un momento, alguien nos atrae porque no lo vemos capaz de hacernos pasar por los mismos malos ratos aunque pasemos por otros?

jueves, 6 de septiembre de 2007

82. Amor y Economía

El otro día dijeron en las noticias que durante el mes de septiembre se dispara el porcentaje de divorcios y separaciones. La razón es que, tras compartir las veinticuatro horas del día con la pareja, uno acaba viendo hasta el más pequeño de los fallos, siendo el conjunto de ellos equivalente a un agujero negro. Tal es el susto, que al volver de vacaciones el amor ya no es lo que era.

Aunque septiembre a septiembre la noticia sea la misma, cada cierto tiempo las razones para dejar a la pareja son diferentes. Ahora parece que tienen que ver con la "Economía Emocional", una nueva forma de no llamar a las cosas por su nombre. Aquí van algunos ejemplos, descritos con pinceladas gruesas:

- "No me compensa".
Esta parece ser la razón estrella, a tenor de todas las veces que la he escuchado en poco tiempo. ¿No compensa la persona, o no compensa la relación? En el caso de que no compense la persona, convendría apuntar que las personas no somos acciones de Bolsa cuyo valor se defina en base al mercado global. Las tres órdenes que más se utilizan en el mercado de valores son "Comprar", "Vender" y "Mantener", aplicables al compañero de fatigas: si alguien compensa a su pareja, la orden es de comprar; en caso contrario, vender, dar boleto; si la pareja tiene sus días y está "a prueba", esperaremos con cautela.

Otra cosa es que sea la relación la que no compensa. A la última persona que dijo "No me compensa", le pregunté: "¿Y tú le compensas a él?". Las relaciones son entre dos, y ambos deben compensarse. ¿Y si él sigue con ella aun viendo sus imperfecciones? Además de ser un poco calzonazos, ¿no sería justo considerar su punto de vista?
Si alguien me dijese que yo no le compenso, se me haría duro. Sobre todo, porque en ese momento mi valor personal lo dictaría alguien cuyo valor en ese momento estaría devaluándose notablemente.

- "Se nos acabó el amor".
Frase poética y/o folklórica donde las haya. ¿Cómo se mide el amor para que su saldo sea cero o negativo? ¿En portazos, broncas y decibelios? ¿Cómo se sabe que el amor acabó definitivamente?
De acuerdo, en ocasiones es evidente que no hay amor, pero esta frase es un comodín que se aplica a cualquier situación. Quizá a quien así se expresa se le hayan agotado las ganas de querer, pero en ningún caso podría hablar por su pareja.
Si en casa se nos acaba el azúcar, la sal o cualquier producto necesario, sabemos bien que hay que ir a por más. ¿Por qué no se reponen las existencias de amor o de esfuerzo para combatir el cansancio, rutina o tedio? A fin de cuentas, la forma de amor varía según avanza la relación, por lo que se me ocurre la siguiente pregunta: ¿Se acabó el amor, o se acabaron las ganas de esforzarse?

- "La Balanza".
O "Balance de Pérdidas y Beneficios", donde se considera "Pérdida" lo que se ha dado por una relación y lo bonito que se consiguió de la otra persona, "Beneficio". Cabe señalar que los beneficios son, en muchos casos, totalmente merecidos en opinión de quien los recibe.
Si el tener un detalle con alguien implicase que esa persona se lo merece, ¿sería un detalle o sería un premio? Dejaría de ser algo voluntario que nace de dentro para ser algo obligado, dirigido a alguien superior. Aplicando esto a la relación de pareja, ésta podrá pensar que se merece los detalles "porque sí". Mientras que uno va con su mejor intención intentando sorprender, el otro se cree merecedor de todo. El detallista acaba siendo un "mandao" que no disfruta de las sonrisas de su pareja como cuando aún podía sorprenderla.
Aprendí que hay personas que manifiestan su amor de un modo que no se hace notar mientras que a su pareja le gustaría recibir actos notorios de amor. Lo que es muestra de amor para uno, para el otro no lo es. Supongo que esto ocurre porque cada cual intenta querer del mismo modo a como le gustaría ser querido, y así mi forma de querer es fantástica para mí, pero no tiene por qué serlo para mi pareja. Entonces, ¿es fiable la balanza?


No sé cuál será el próximo campo temático sobre el que se apoyarán las próximas excusas para romper una relación. Intuyo que seguirá siendo el mismo perro con distinto collar y se seguirá evitando decir aquello que de verdad ocurre. Desde luego, hablar en términos de economía muestra hasta qué punto pueden llegar el orgullo y el egoísmo. Aunque cada pareja es un mundo, ¿a quién le gustaría ser tomado por una cartera de inversión?