sábado, 7 de abril de 2007

35. El "Chunami"

Es un fenómeno de la naturaleza, que hace temblar cosas en cuanto posa su mano encima. Es el terror de los bares, terrazas y sucedáneos.

Es un gran tipo que, sabiéndose patoso como el que escribe, no duda en poner las dos manos al servicio de lo que haga falta. Estoy tentado de dejar a su discreción la limpieza del cuarto de baño. La casa, cuando llegué, tenía una densa epidermis de asquerosidad incrustada por todas partes, y poco a poco hay que hacerla desaparecer. Quizá si el "Chunami" me echa una mano, o dos, y se marca un baile tipo diablo de Tasmania, las

paredes quedarán como los chorros del oro.

Le llaman "Chunami" porque donde va, triunfa. O eso dice él. Dice que los líquidos deberían tener todos la etiqueta de "Mantener fuera del alcance de los niños y los patosos", porque rara es la vez que alguien no sale mojado en su presencia. No sé cómo lo hace. Mira que yo soy patoso, pero él es un maestro.

Su madre se toma el apelativo con orgullo. Total, el "Chunami" ese de los coches ganó muchas veces. Sí, el que no se llevaba bien con Fernando Alonso y que iba de rojo.

Espero que nadie la saque de su error, porque el "Chunami" es mejor tío y juega más limpio que el "Kaiser". El primero que se lo toma con humor es él mismo, que dice que menos mal que no le han dejado ser costalero en una procesión, por el bien de la figura que portan. Saldrían todas las fotos movidas.

Ahora que lo pienso, dijo que hoy se pasaría por aquí. Tengo que ir a comprar algo de beber. Patoso frente a patoso, amigo junto a amigo.

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