domingo, 12 de noviembre de 2006

5. Nosotros, hoy

La generación con la que el BUP y el COU dieron sus últimos coletazos antes de que llegara el ESO-engendro. Una generación que aún jugaba en las aceras y en algún momento quiso ser desde Michael Knight con su supercoche hasta Oliver. O Benji, si lo que querías era llevarte balonazos. Incluso McGyver, si lo tuyo eran los trabajos manuales. La generación que salió del "Boom del 78", y que hoy día empieza a ser más un "Crash del siglo XXI".

Todo esto viene a que hoy tuve una visita que no esperaba pero que me hizo mucha ilusión. Un amigo de hace la pila de años y que vino a casa porque sí. La novedad de la visita se perdió una vez empezamos a hablar de nuestras cosas. Bueno, hablaba él, yo este fin de semana estoy más bien afónico, por el bien de la humanidad y de mis hermanos en particular. No es la primera vez, ni será la última, en que alguien de mi generación expresa la misma idea y tiene los mismos síntomas. Él me contaba cosas sobre su trabajo-trampa, donde cada vez tiene más problemas y le produce más ansiedad. Una ansiedad diagnosticada realmente. Tiene miedo de coger una baja por si dejan de contar con él a su vuelta. El sueldo no es bueno, ni el horario. Ni tan siquiera la gente con la que trabaja, que exigen demasiado para lo poco que ofrecen. Se está planteando seriamente cambiar de trabajo y claro, siempre están los miedos sobre si hará bien o la cagará con el cambio. Hasta que no dé el paso, no lo sabrá.

El caso es que lo que es su trabajo le gusta, pero no así. No de este modo. Sí, él es profesor. De adultos. Yo lo soy de críos de Secundaria y Bachillerato, aunque suplente. No sabe cuánto lo entiendo, cómo me suena su problema. Yo también estoy planteándome seriamente un cambio de trabajo, aunque para ello lo primero que tengo que hacer es volver a trabajar. Él no es el primero que me ha dicho algo parecido.




Cuando éramos estudiantes, éramos "los que valían". Los que no, hacían FP. Con ese letrerito crecimos y llegamos a la Universidad. Con las ansias de comernos el mundo y la Licenciatura bajo el brazo nos intentamos abrir paso en el mercado laboral, y para nuestra sorpresa el título no valía de mucho. Cursos de formación y Masters tampoco ayudaban a según quienes. Parecía que los filólogos nos equivocamos de carrera y teníamos pocas salidas: seguir estudiando para ser traductor o intérprete, enseñar en coles concertados o academias, o directamente opositar. Allá que fuimos los dos, él por Hispánicas, yo por Inglés. Y este año hicimos la oposición del siglo, con los efectos secundarios que sufrimos a principios de este curso. Ansiedad por su parte, inseguridad por la mía.

Y no, no somos los únicos. Tantísima gente que está como nosotros, al menos a mí me dicen que lo piense bien. Mira que pierdes sueldo y vacaciones, que es lo mejor que tiene el curro de interino. Mira que si te va mal con el cambio de curro no puedes volver a las listas de suplencias hasta 2008. Fran lo dice, lo digo yo también, y muchos otros: enseñar, sí, pero no así. Y los que no trabajan en la enseñanza y están disconformes con su trabajo, normalmente se sienten infravalorados. Ahora son los de FP o ciclos los que se levantan de una entrevista de trabajo y se van si se les ofrece menos de mil euros. Y otros cogen ese trabajo porque su título no les da para muchas más florituras. Qué cosas, cómo cambia el panorama.


Mucho se esperaba de nosotros, la mayoría de nuestros padres no habían podido estudiar y éramos su esperanza. ¿Lo seguimos siendo o los estamos decepcionando? Una vez que seguimos las reglas del juego y acabamos la partida, vemos que no hay premio ni meta. Es, en muchos casos, sobrevivir. Ciertamente los hay que lo pasan mucho peor que yo. Siempre recuerdo a una amiga con la que coincidí en mi época de currar en el aeropuerto. Creo que es la persona que ha currado en más sitios, es como para presentarla al Libro Guinness de los Récords. Vive de alquiler y no es de mi ciudad, con lo cual es o sobrevivir o volver a su ciudad, donde no hay futuro de casi nada. O pienso en tantos compañeros que ya no opositan ni siguen dando clase porque tiraron la toalla, porque lo vieron imposible, porque la historia no es como nos la contaron. Porque ser profe hoy día no es ser profe de cuando estudiábamos nosotros. En estos tiempos no se paga el plus de peligrosidad. Es un trabajo que siempre estará mal pagado. La vida y la salud no tienen precio.

Mientras llega mi momento de tomar la decisión, veo que ni mucho menos estoy solo en esa sensación de hastío. En cierto modo es un consuelo; si tantos estamos así, quizá juntos podamos llegar a una solución. Quien la encuentre primero que me lo diga, por favor. Gracias.

Mientras llega mi momento, intentaré no hacerme el plasta ni rallar a los que me rodean. Llevo tiempo con lo mismo y es un rayazo para el personal. Cada vez falta menos para una nueva aventura que esperemos salga bien. Me niego a formar parte de una generación de perdidos, me niego a perderme. Quiero encontrarme pese a que las cosas están montadas de tal forma que todos tenemos que ser iguales y nadie debe desentonar. Yo soy yo, y tengo que encontrar mi camino. Fran, el suyo. Cada uno el suyo. Porque habrá un camino para cada uno, ¿no? Un camino diferente al que nos contaron, y que es tarea nuestra descubrir.

2 comentarios:

titania dijo...

Sabes? cuando me tocó estudiar BUP y COU hacia un tiempito que se acabó el PREU y la historia se repite, aquellos decían que esto era un engendro y honestamente creo que no les faltaba razón, mi teoria es que cada vez que tocan algo es pa joderla un poquito más.
Y es duro para todos encontrar el camino te lo aseguro, un titulo en mi opinión no significa nada, si no se avala con trabajo duro, esfuerzo, dedicación, y nunca dejar de prepararse. Tienes que demostrarlo todos los días, y poner esfuerzo y más esfuerzo.

Ciertamente lo dificil es encontrar esa primera oportunidad que te permita demostrar tu valía, pero el que busca el camino, no dudes que acaba encontrándolo y tú no eres de los que tiran la toalla, ese camino lo encontrarás.
Y nos encantará compartir esa alegria contigo.

Guitarrero dijo...

Gracias, de verdad que estar así de arropado ayuda a despejar los nervios. Ya sabes que cada vez el momento está más cerca y no hay forma de saber si hiciste lo correcto... hasta que lo haces.

Ya seguiré contando, tranquila que estás cosas no se quedarán para mí solo. Acabaría volviéndome loco, y la locura compartida supongo que tampoco está mal.

¡Hasta la vuelta, y a triunfar! Vas a hacerlo fantástico, y ya te puedes ir preparando para contarme el viaje con pelos y señales. Mucho ánimo, y todo el extra de equipaje para ti.