lunes, 30 de julio de 2007

78. Historias de Ratas - III

El verano tiene alimentos propios de la estación que ayudan a combatir el calor y la sed. Aunque no sea estrictamente veraniego, este año el postre veraniego especial para niños parece ser la fruta en almíbar. Piña y melocotón en conserva, recién sacados de la nevera. No es sorprendente que las ratas se amotinen:
- ¡Yo no quiero! ¡Quiero "hilao"! - estalla la agitadora.
- ¡Síiiii... "hilao"! - secunda el Tato, pancartero de todas las causas.
- Hoy toca melocotón y piña, más tarde comemos helado - dice su madre, intentando parar la revuelta.
- ¡Pues yo no quiero ma... co... ma...! ¡Yo no quiero piña!

Previendo una segunda rebelión, el Tito dice bien alto:
- ¡Pero qué rico está mi "Sol y Luna"!

La ratita presumida, "amotinada number one", se le queda mirando. Sus ojos viajan desde la cara del Tito hasta su plato con incredulidad, quizá preguntándose por qué su postre, pareciendo lo mismo, es diferente.

El Tito está troceando el melocotón en gajos finos que intercala entre trozos ya partidos de piña.
- ¿Ves? ¡Me voy a comer el Sol!
- ¡Noooo! ¡Me lo como yo!

La muy bandida ha dejado al Tito sin obra de arte y sin postre, y parece que lo come con ganas. El super-ratón "secundador" se ha quedado con su posición normal de boca abierta ante el cambio de actitud de su jefa, y aprovechando el tirón del truco, el Tito le pregunta:
- ¿Qué quieres tú, Sol o Luna?
- ¡Luna! -dice, y mirando a su hermana- ¡Y Sol!

En el paseo de la tarde nos acompañan unas cuantas nubes que no dejan ver el Sol. Las nubes impiden al ratón colorao ver la Luna por la noche. El pobre está entre triste y contrariado, pero no se mueve de la ventana. Ajeno a los juegos de las otras ratas y a las charlas de los mayores, el ratón astronauta sigue mirando al cielo. Su padre trata de explicarle que las nubes quizá ya no estén mañana, de modo que se podrá ver la Luna. El cosmo-ratón, rojo de rabia, no puede reprimir un grito de enfado:
- ¡No! ¡Tato se la ha comido!
__________

PD. Me temo que próximamente tendré que dar al ratón colorao una explicación a por qué hay días de verano en que el Sol y la Luna conciden en el cielo, aunque sea por un espacio breve de tiempo. Se dio cuenta, aunque no dijo nada. ¿Alguna idea?

7 comentarios:

titania dijo...

Peque, cada vez que te leo hablando de los peques, te abrazaría muy fuerte, je, debe ser un espectáculo quedarse escondida solo mirando la escena, ayssssssss que tierno!!

besitos de bienvenida y mil sonrisas para tus ojos.

pegasux69 dijo...

  Un placer conocerte. De momento ya tenemos dos cosas en común...los blogs y las guitarras. Tengo dos, una fender acústica y otra acústica negra con la caja más pequeña y con pastilla. Apenas la toco, cada vez que mi hija me ve cogerla quiere que la toquemos entre los dos, pero de todas formas la tengo encima de una cama dispuesta siempre para al menos ser afinada.
  En cuanto al post...diles a los amotinadores que el sol y la luna se han hecho novios y que estando de vacaciones en verano han decidido viajar juntos entre las nubes. Saludos

Guitarrero dijo...

BICHÓLOGA:
Ellos son un espectáculo, cada cual con sus cosas. Son tan diferentes que da gusto "estudiarlos". Una hermanita viene en camino, se prevén cambios para todos.

PEGASUX:
Me atrapa lo que cuentas en tu blog, y si ahora me dices que tenemos las guitarras en común ya acabo de ponerte la alfombra roja. Las ratas (mis sobrinos) a veces me traen la guitarra para improvisar un concierto. Si es que les va más una fiesta...

Sí, pensé en una historia parecida, pero con cuidado de no tener que explicar también las relaciones sexuales. Vaya tela tienen estos críos cuando se ponen a preguntar.

Bett dijo...

Como me gusto la histora!...si esas ratitas son un tesoro!

Curiosos... como el tio!

Abrazos!

Guitarrero dijo...

Curioso, mañoso... vaya joya de tío. Menos mal que las ratas mejoran la especie :P

Anónimo dijo...

Yo tengo a mi ratita propia, y voy a tener que explicar en un post lo que tengo que llegar a hacer para que me haga caso; algo parecido a lo que tú describes.

Oye, si Pegasux y tú os animáis, yo me apunto al concierto para escucharos.

Besos.

Guitarrero dijo...

ILLYAKIN:
¡Rebienvenida! Es verdad, a veces tenemos que darle vueltas para que lo que queremos cuele con las ratas.
Podríamos improvisar un concierto. ¿Qué te pides, cantar, dar palmas o echarte un baile?