miércoles, 21 de febrero de 2007

22. Arriba, abajo

Arriba, abajo, mis pies van marcando los pasos. Arriba, abajo, buscando su camino entre un mar de gente. Arriba, abajo, contagiándose del frenético Madrid mañanero. Arriba, abajo, mis pasos se asemejan al resto de pasos: impacientes, torpes, ruidosos, apresurados. Arriba, abajo, arriba, abajo, arriba, abajo...

Es el mismo arriba y abajo tan rutinario para tanta gente que en vez de caminar parece que vuela por las calles. Ese arriba y abajo que tanto echo de menos. ¡Qué mono tenía de callejear!

Será que hoy no llego tarde a ningún sitio ni nadie me está esperando en ningún lado, pero me ha disgustado tener que seguir los pasos de otras personas, como si yo no tuviera autoridad sobre los míos. Pasear es uno de mis mayores placeres, y sería un crimen que este momento lo vulgarizase de esta forma. Es mi paseo, son mis pasos. Yo elijo la longitud de zancada, la dirección a la que me dirijo, la velocidad a la que mis pies se mueven arriba, abajo.

Marco conscientemente mi pasos. Esta vez soy cómplice del brillante y azul día de invierno que nos ha visitado hoy. Ya que camino, prefiero disfrutar del itinerario. Sé que lo que importa es la meta, pero... ¿por qué no jugar a hacer de nuestra senda algo fantástico? A veces tortuosa, a veces sin sentido, pero es mi camino. Por eso puedo variar el sonido que hagan mis pasos, y puedo jugar con las distancias.
Arriba, el cielo azul. Abajo, mi camino de hoy. Entre medias, yo. Delante de mí, ilusión. Detrás, experiencia. Conmigo, el presente.

Y allá a lo lejos... quién sabe.

6 comentarios:

titania dijo...

Caminar arriba y abajo, es saludable para el cuerpo y el alma, camina peque, pasea hacia donde quieras, cuando quieras y como quieras, disfruta de tu paseo y dejanos pasear por tus letras más frecuentemente, el paseo me relaja y me enseña lo importante que es la perseverancia y la esperanza.

besines Marta.

Paloma dijo...

Tú lo has dicho, quizás lo importante es la meta, pero hasta llegar a ella, la vida nos pone delante un camino que debemos recorrer. Ese camino es el que verdaderamente debemos disrfutar, dejándonos llevar en cada paso que damos, ciertamente, demasiadas veces los damos con prisas, sin pausas, sin disfrutar de esos momentos que me recuerda a una frase que alguien tiene puesto en su nombre: "la vida es lo que ocurre mientras nos empeñamos es esperar que pase (o algo parecido).
No sé quién eres, pero después de tus palabras en mi blog´, después de leer a Marta aquí y después de leerte, intuyo mucho de ti y de lo que vales y de lo especial que eres y que hacer ser a las personas que te quieren...
Pasea, tranquilo, y disfruta de cada paso.
Un beso
Paloma

Guitarrero dijo...

BICHÓLOGA:

Hoy en mi paseo vi una imagen que te habría gustado. Ya te la contaré en otro de tus paseos bloggueros. Pasear por tus letras me enseña paz y serenidad.


PALOMA:

Te invito a pasear con calma y a ser consciente de las cosas a tu alrededor. El Sur es demasiado bello como para pasear por él con los ojos del alma cerrados.

Anónimo dijo...

javi a mi me encanta pasear tambien sobre todo por estos maravillosos paisajes q tengo alrededor los arboles me dan serenidad a mi estres laboral,y siempre llego a ese arbol un sauce lloron q me da paz, algun dia me encantaria q vinieras a acompañarme a mi serenida
un beso tu chiki

Anónimo dijo...

sigue caminando como tu sabes, javito. nos das alegria a muchos, mas de los que crees.

Guitarrero dijo...

CHIKI Y ÁNGEL:

El camino de la foto invita a pasearlo. Con lo bonito que es, sería delito dejar de caminar.

Un besito y un abrazote grande.