sábado, 4 de noviembre de 2006

2. Mis botas para la lluvia

A mamá le encantaba la lluvia. Le gustaba ver el agua correr por la calle. Nos hacía caldo, y por la tarde chocolatito con algo que hubiera por la cocina. Algo dulce, aunque lo más dulce era ese mismo detalle. Lluvia, mamá en casa... nítida imagen que guardo y guardaré siempre en lo más profundo de mí.

Un ex-compañero de trabajo iba al revés que en mi ciudad. Él no era de aquí, era del norte, y la lluvia lo fortalecía hasta el punto de cambiarle el gesto de la cara. La lluvia activaba toda su persona, por dentro y por fuera. Se quedaba mirando por la ventana, le gustaba oír llover. Gota a gota, a veces una lluvia furiosa, otras veces como un pizzicato. Una lluvia fina y serena, revitalizadora.

Hoy fui a comprarme unas botas para la lluvia. Para mí es un día especial. Significa que esas botas podré usarlas para ir y venir de sitios dentro de poco. Significa que podré ver y oír llover, y chapotear en los charcos. En mi ciudad no es muy normal que llueva, y no me gustaría perdérmelo.

Y eso que... odio los días de lluvia. Hasta ahora.


3 comentarios:

iratxina dijo...

Acabaras desgastando esas botas , llover y llover dias de lluvia que aqui abundan, yo los odio.... pero me encanta caminar mojandome ( si lo se,existen los paragüas algun dia me comprare uno).

MUASSSSS

Anónimo dijo...

javi ,aqui en mallorca no llueve hacia 8 meses que no veiamos el agua hoy al fin ha llovido...vendita lluvia me provoca una sonrisa en mi cara me llena de felicidad cuando vivia mi perra salia siempre con ella a mojarme por la calle y cuando volviamos secaba el pelo a mi coker y me hacia un chocolate caliente para mi la lluvia esta unido a felicidad a asturias a vida a riqueza por favor que llueva mas en mallorca . ME ENCANTA COMO ESCRIBES NO LO DEJES

Guitarrero dijo...

Iratxina, me encantará poder comprarme otro par de botas para la lluvia tras desgastar estas nuevas. El otro día me metí por un embarrado y descubrí que no son tan buenas... me calé hasta las calandraquinas.

Ara, mi jefa, quiero seguir caminando en tan buena compañía como la de ahora. Caminar en solitario no es disfrutar de las vistas. Es un gustazo que tú camines conmigo, y que me dejes acompañarte en tu vida. Besitos a mamideara.

Raquel, gracias a personas como tú nació este blog. Como buena asturiana, seguro que te pasa como a este compañero mío al que la lluvia le daba energía. Raquel sin energía ya deja de ser Raquel, y eso no puede ser.